lunes, 12 de mayo de 2008

...a la larga, estamos es creando el país de las maravillas (no es cierto liebre??)



No pretendieron hacer ni un arte revolucionario, ni llevar la revolución al arte, y por tanto a la sociedad; en cuanto miembros de una determinada sociedad, actuaron asumiendo su función de artistas, despojándola de sus limitaciones, de los reductos en los que la suele confinar la clase dominante desde hace siglos, apartándose de las utopías de las vanguardias históricas.”

EQUIPO CRÓNICA Catálogo Razonado a cargo de Michéle Dalmace, IVAM Instituto Valenciano de Arte Moderno. 2001

En éste punto, después de ver tantas cosas tan buenas - tan malucas - tan vacías - tan llenas, - tan podridas - tan poéticas - tan grandes y tan pequeñas, después de haber simplemente visto tanto (pero tan poco), me he terminado de convencer del juego del arte. Hacer juego con la vida, volverla un poco más amable a pesar de su día a día. Hacer juego con el arte, bajarlo del pedestal en que lo hemos colocado y volverlo más cosas. No sólo "arte". O revolverlo entre el arte y volverlo "ararte". Sin mayor pretensión.

Hacer bolsas o hacer pasquines.
Hacer un video o un cuadro.
Una página web o un grabado para grabar.
Un libro de imágenes o un libro en blanco.
Hacer camisetas o hacer tarjetas de navidad.

Hacer carteles o hacer botones.

Hacer diseños para revistas o hacer pinturas en la calle.
Entrevistas o charlas.
Hacer dibujos o hacer garabatos.
Hacer sacos para perro o hacer papeles de regalo.
Hacer canciones o hacer poemas.
Cuentos absurdos o absurdos de cuento.


Hacer, hacer sin dejar de pensar, pero sin dejar que pensando se nos vaya el hacer.

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