viernes, 6 de junio de 2008

sobre el corte del pasado jueves

Aparentemente podría haber miles de cosas por decir, aparentemente podría haber muy pocas cosas que decir. La mañana del jueves se convirtió en todo un proceso que aún hoy, ocho días después, sigue teniendo sus sorpresas. No quiero hacer de este suceso, el corte de avance, todo un acontecimiento y sin embargo tampoco quisiera despreciarlo o quitarle su valor. Es simplemente un lugar intermedio con muchas cosas sobre las cuales reflexionar, de la manera mas tranquila y serena posible.

Es bueno eso de dar ciertos tiempos para respirar. Los días permiten ver las cosas con miles de lentes posibles, por lo menos todos aquellos que logremos inventar. Yo no se por cuantos haya logrado ver las cosas, solo sé que a pesar de no entender algunas cosas, me siento tranquila ahora para seguir buscándoles un camino posible.

Todo este ejercicio de trabajo de grado es como mundo chiquitico en el que se podrían enumerar unos cuantos miles de habitantes. El momento en el que sucede es también, de por si, un momento preciso de crisis, y no creo que sea tan necesario ahondar en eso. Los cambios implican la necesidad de actitudes para asimilarlos. Parece como si todo este momento hablará exclusivamente de cambios, y eso a veces puede resultar angustiante.

Encuentro ahora algo bueno acerca de la angustia. Creo que cuando está presente hay una mayor actividad en nuestro cerebro. La angustia nos permite preguntar y dudar, querer llorar y querer reír nerviosamente. La angustia es un síntoma del interés, de la necesidad y de la posible fe que tenemos en las cosas que hacemos.

Escuchar lo que alguien mas tiene que decir acerca de lo que uno hace o piensa o cree, en otro proceso complejo dentro de todo esto. Lo interesante es saber y entender que todos tenemos un punto de vista y un lugar distinto que ofrecer en cuanto a la idea de lo que el arte es, o puede ser. Estos ejercicios de corte de avance son en si, una manera de compartir esos puntos de vista.

Algo que si creo que me impresiona mucho, es el hecho de sentir que hay personas que se preocupan lo suficiente por nuestro trabajo, como para decirnos las cosas que nos dicen. A pesar de lo difícil que es escucharlas en algunos casos, hay muchas actitudes que le demuestran a uno que mas que regaños sin sentido, son preocupaciones de personas que piensan que tenemos muchas cosas por hacer. Eso es alentador después de todo.

Y bueno, dejando a un lado las especulaciones de lo que el corte puede significar, ahora si puedo hablar mas concreto, de cosas concretas.

Entender esto realmente como un ejercicio pero un ejercicio con todo el trabajo necesario, y creo que en cuanto a trabajo, hemos podido organizarnos y e ir evaluando las cosas que hemos hecho. En el entusiasmo, la expectativa, y otra vez la angustia, de hacer las cosas bien, hemos recogido mil cosas posibles por hacer. Uno de los puntos que se repitió muchísimo en el corte y que creo que es muy cierto, es el hecho de que tenemos demasiados “tentáculos” como dijo Alberto. Pero creo que dentro de esos, hay algunos que se pueden fusionar, como hay otros que debemos dejar reposar un rato.

Tengo problemas con algo en particular y es con el hecho de separar muy radicalmente la historia y la creación. Creo que hay mucho que pensar alrededor de eso. El hecho de que “seamos artistas”, también es un poco perturbador. No se a veces que es exactamente lo que esperan las personas, y me molesta un poco depender tanto de ello. Quisiera lograr tomar las opiniones de los demás de una forma mas tranquila, sin necesariamente exigirme que eso es lo que debo hacer. Deberían dejar de ser sentencias inapelables, juicios extremos de lo bueno y lo malo, de lo correcto y lo incorrecto, de lo artístico y lo no artístico.

El problema de la imagen y del concepto es otro lío horrible, que es horrible hasta mencionar las dos palabras como cosas distantes. Como decíamos ayer, creo que si hemos descuidado la imagen. Creo, sobre todo que nuestras imágenes podrían estar aún mas presentes. Con mucha más fuerza, con menos miedo. Eso lo digo de manera muy personal, creo que cada una sabemos que ha pasado con nuestras propias imágenes. Pero tampoco creo que hayamos llegado a un punto absurdo, como lo hizo sentir Marta, que creo fue una de las cosas difíciles de asimilar de sus palabras. Todas las imágenes son procesos, intentos de encontrar maneras de hablar con ellas.

Yo no siento que estemos muy lejos de lo que pretendemos, creo que es necesario eliminar cosas que aún necesitan trabajo, y recoger de forma más segura algunas que han llegado a puntos interesantes. Es cierto, escogimos un tema que se sigue desbordando cada vez que algo nuevo aparece, pero eso para mi resulta emocionante. Muy pocas veces me ha sucedido que sienta que aún hay mucho por buscar y que esto no termina con la primera cosa que hago. Alguna vez te decía que lo que mas me gustaba de esto que estamos proponiendo es que siento que muchas de las cosas que hablo, y creo, se hacen mucho mas reales y mucho mas practicas, y no simplemente un discurso.

Si creo que este taller, debe ir encontrando su manera particular de hacer eso es algo que recojo muchísimo de todo lo que nos han dicho. Proponer una manera de hacer, que obviamente nunca es nueva, pero es nuestra. Y creo que el Taller Mental de Gráfica puede creer y crear una manera de hacer. En cuanto a imagen y en cuanto a maneras de proceder, de crear, de creación.

Creo que lo importante es sentir que lo que uno hace es en este momento necesario para uno mismo. Si todavía hay entusiasmo en el hacer, todavía hay mucho por buscar.

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